El hombre que calculaba - Malba Tahan
El hombre que calculaba capítulos 7 al 10
Ante tales cálculos con aquellos cuatro cuatros el dueño de la tienda que oía los cálculos con demasiado interés, por lo que decidió regalarle aquel turbante a Beremíz esto con la condición que le ayudará a resolver una suma que el no podía entender desde hace dos años
Y se puso a narrarle el caso
Había prestado 100 dracmas 50 a un Sheik y 50 a un judío. El Sheik para pagar lo hizo en 4 pagos el primero de 20 el segundo de 15 el tercero de 10 y el último de 50, Y las cuentas de lo pagado y lo debido le daban 50. Mientras que el judío pago igual en 4 pagos el primero de 20 el segundo de 18 el tercero de 3 y el cuarto de 9. Pero en este caso se dio cuenta que se le pagó 5p pero en la cuenta de lo que debía le dio 51 y no se explicaba esa diferencia de 1 sabia bien que no había perdido pero no se explicaba el porque de esas cuentas a lo que Beremíz le aclaro que con pocas palabras lo resolvería, pues le explico que en la cuentas de pago las sumas de deudas no tienen que ver con el total y le puso varios ejemplos donde la suma de deudas era mayor pero nada tenía que ver con el total de la deuda a lo que el mercader quedó conforme con la explicación y haber resuelto tal duda entregando como había prometido aquel turbante con un valor de 4 dracmas. Y para seguir con la platica le contó una historia interesante en la que un rey para asegurarse de la honestidad de su auxiliar o tesorero colocaba un dracma en la caja de los gastos esto por 3 días y el tesorero no registraba estos casos. El rey sin creerlo le puso otra prueba, ahora durante 3 días quito un dracma y esperaba que el tesorero reclamara tales casos de perdidas pero no fue así en ese momento el visir llegó a reclamar y cuestionar la honestidad del tesorero y le explicó al rey que el durante 3 días retiro un dracma y después durante 3 días puso un dracma Y alegaba que el tesorero no exponía esos datos. A lo que el rey entendió lo que pasaba y porque no registraba eso el tesorero pues cuando el quitaba un dracma el visir ponía otro y las cuenta son se veían afectadas avergonzándose de haber dudado de su honrado tesorero diciéndole al visir que no tenían porque dudar de él ninguno de los dos pues el actuó con pulcritud pues sus cuentas estaban bien y le dio la noticia que ahora el tesorero sería el nuevo visir y tendría el doble de sueldo, el visir al oír esto tuvo un ataque al corazón y cayó fulminado.
Comienzo del capítulo 8 en el cual Beremíz habla de formas geométricas, encontraron al Sheik Salem Nassar resuelve un problema con 21 vasos y otro de un camello robado descubierto por geometría. Beremíz muy feliz con su turbante nuevo, sin embargo noto en el un defecto que para el se pudo evitar, pues si forma no es rigurosamente geométrica, pues el quería ver turbantes de forma geométrica pues esta existe en todas partes, y aconsejo observar las formas que tienen algunas cosas, las flores, las hojas, y muchos animales, en el disco del sol, en el arcoíris, en el diamante, en infinitas formas naturales, todo esta regulado por al menos un riguroso principio geométrico. Y siguió mostrándole más ejemplos de esta geometría en la naturaleza como la abeja que construye sus alvéolos en forma de prismas hexagonales para obtener mayor rendimiento de material. Es cierto que la geometría existe en todas partes pero se debe saber verla comprenderla y admirarla. Y como ejemplo tomo una flor “saxahul” , más en específico sus semillas y su forma geométrica pero en eso el Sheik Salem Nasair les gritaba a ambos hombres. Estaba muy feliz de haberlos encontrado nuevamente y consideraba muy oportuna su visita pues tenía dos problemas que sólo Beremíz podía resolver. Beremíz dispuso todos sus recursos para solucionar los problemas del Sheik pues no quería fallarle, el Sheik señaló a tres árabes y le expuso el problema. Los 3 hombres debían recibir como pago de un servicio una partida de vino compuesta de 21 vasos iguales estando 7 llenos 7 medios llenos y 7 vacíos, quieren dividir los 21 vasos de manera que cada uno reciba los mismos vasos y le mismo vino, y le solicito a Beremíz la solución a este primer problema esta figura indica claramente la solución para que los tres mercaderes reciban el mismo número de vasos y cantidad de vino deberá efectuarse como indican las líneas punteadas. Beremíz respondió que esa división podía hacerse de varias formas pero sólo le diría una al primer árabe decía darle 3 vasos llenos 1 medio lleno y 3 vacíos, al segundo 2 vasos llenos, 3 medio llenos y 2 vacíos y finalmente al tercero 2 vasos llenos 3 medio llenos y 2 vacíos. Beremíz le dijo al Sheik que no tenía oro que preocuparse pues el repartirlo es muy fácil. Uno de los árabes se acerco a Beremíz lo saludo y le expuso un problema que tenía pues el tenia transacciones con cristianos con vinos de Ispahán , se vende en vasos y aproximadamente un vaso grande llena 6 vasos pequeños dos vasos grandes vacíos equivalen a uno pequeño lleno, y lo que quería es saber cuantos vasos pequeños podía cambiar por dos vasos grandes. A lo que Beremíz no tuvo problema y no se confundía. Y respondió que sería igual de fácil que el primer problema pues 2 vasos grandes llenos valen 12 pequeños vacíos, mientras que también pueden valer 1 pequeño lleno y 3 pequeños vacíos. Finalmente de dijo que sacando la diferencia de los valores entre dos vasos grandes llenos y 2 grandes vacíos es igual 9 que es la cantidad de vino en dos vasos grandes. Los comerciantes quedaron asombrados con las cuentas, y no creían como Beremíz lograba tales proezas y uno de ellos ofreció vino a Beremíz y agradeció el detalle pero no lo aceptó pues el creí que era un pecado y perjudica la salud esto para que no se sintieran ofendidos con su rechazo. Y relato la vez que un médico matemático intentó mostrar la matemática a un grupo de desconocidos y trazo con un carbón dos rectas cruzadas y trató de explicar una propiedad de Euclides que decía que dos ángulos opuestos por el vértice son iguales.
Y le confesó aquel hombre que se había robado el camello del visir, y Al-Hossein el sabio pidió que sustituyera lo robado y así este hombre se salvo de severa sentencia y fue perdonado. Pero se estarán preguntando que llevó a aquel hombre a confesar esto al sabio pues daba la casualidad que la figura que había hecho el sabio era exactamente igual a ala marca que tenía el camello robado y el ladrón creyó que sabían su secreto y con espanto prefirió confesar lo que había hecho. La fama de aquel sabio se volvió tan grande pues no era para menos encontró un camello que se daba por perdido.
Da comienzo el capítulo 9 en el cual reciben la visita del Sheik y Beremíz es invitado a enseñar matemática a una joven y habla Beremíz de su antiguo maestro el sabio No-Elin. Al caer la noche el Bagdalí y Beremíz fueron sorprendidos por la visita de Iezid quien tenía otro problema para Beremíz pues tenía una hija llamada Telassim quien era muy inteligente, al nacer Iezid consultó un astrólogo quien afirmó que la joven viviría hasta 18 años feliz y después muchas desgracias le pasarían, y había una forma de evitar ese destino debía aprender las propiedades de los números y todas las operaciones con ellos una para lo cual era necesario conocer la ciencia y nadie era capaz de enseñar todo eso a la niña y uno de a los que intentó que fuera maestro le dijo que la mujer no contaba con la capacidad de aprender tales habilidades matemáticas y no creía que la joven aprendiera. Por lo cual Iezid se estaba resignando a lo que Salem le conto de las grandes habilidades de Beremiz y las proezas que había demostrado desde su llegada a Bagdad. Y viendo a Beremíz, Iezid le preguntó si sería capaz de enseñar a su hija y estaba dispuesto a pagar lo que le pidiera. A lo que Beremíz no pudo rechazar y estaba dispuesto en varios mese enseñar todo sobre las matemáticas y geometría a su hija pues el creía que la capacidad intelectual de la mujer era muy capaz y podría aprender eso sin problema alguno por lo que no tendría que haber problema en enseñar a su joven hija, pero le advirtió que su hija estaba encerrada y no podía ver hombres ajenos a su familia por lo cual las clases tendría que recibirlas a través de una cortina y vigila y Beremíz acepto sin ningún problema . Beremiz pidió que se iniciarán las lecciones al día siguiente y Iezid le dijo que un siervo iría a buscando y el Sheik se retiró.
EL Bagdalí le preguntaba como haría para enseñarle matemática a una joven cuando el no la había estudiado en libros pues el había aprendido en ejemplos de su cotidiana vida
A lo que Beremíz lo interrumpió diciendo que estaba equivocado pues había conocido a un viejo llamado No-Elin a quien había salvado de muerte y este anciano muy sabio le enseñó muchas cosas útiles y maravillosas fue con el con quien aprendió los cálculos y le habló sobre los grandes trabajos de geómetras de la antigüedad
No-Elin le enseñaba la matemática haciendo figuras en la arena o en una hoja y así que el podría enseñar a una joven sin necesidad de verle el rostro.
Da comienzo el capítulo 10 en el cual van al palacio de Iezid, Tara-Tir no confía en Beremíz, oyen una tierna y arrebatadora canción
Eran las 4 y se dirigieron a la casa de Iezid guiados por el criado entraron al palacio Beremíz quedo encantado con el aspecto artístico de la residencia sin embargo con una parte triste y sombrío pero todo lo demás adornado lo mejor posible. Los recibió el Sheik en el jardín y lo acompañaba un joven muy simpático pero agresivo al mirar llegando a ser insolente llamando mísero encantador de serpientes a Beremíz y se reía de que el Sheik confiara en Beremíz, el Sheik se mostró apenado y pidió perdón por lo que había dicho aquel joven que no conocía las habilidades de él calculista y el joven seguía con comentarios despreciables para Beremíz el Sheik le ofreció mostrarle una prueba de las grandes habilidades del calculista pero aquel joven no lo creía necesario y creía que es una pérdida de tiempo pues no creía nada. Y finalmente se dirigió a Beremíz y le hizo una prueba y apuntó hacia un criadero y le pido le dijera cuantos pájaros había ahí Beremíz presto atención pues aquellos pájaros volaban de un lado para otro confundiéndose , en 3 minutos respondió y le ordenó a Iezid liberar 3 pájaros que tenía cautivos para que pudiera dar el número correcto. Y el Sheik los libero de inmediato pero no entendía porque no sólo sumó 3 al total que tenía Y ahora si dijo en el criadero hay 496 pájaros Iezid quedó asombrado pues si colección era de medio millar, los 3 que solté y 1 que envié Mosul dan los 500.
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